La Bolsa de Valores de la República Dominicana tiene apenas 18 años de edad, ya que la política inicial de gestión y creación adicional del mercado, así como de su gente, se estableció formalmente. En el año 2015 se estableció la Ley 249-17 con el objetivo de recoger todo lo descubierto en los 17 años que duró la política anterior, así como potenciar varios elementos de la misma para continuar con el desarrollo del mercado. Cada mercado tiene su propia historia y se desarrolla de tal manera que es seguro para su escenario y también para la sociedad.
Nuestro mercado nació y se produjo adicionalmente a través de bonos o deudas económicas tanto por el gobierno como por empresas únicas. Los dominicanos han visto de hecho el mercado como un aparato de inversión diverso, que proporciona retornos excepcionales con grados excepcionales de seguridad así como también visibilidad. Sin embargo, a lo largo de estos 18 años hemos tenido un par de opciones para los financieros a pesar de la latente y continua necesidad de financiación por parte de las empresas y los proyectos.
La mayoría de los mercados nacen con preocupaciones de oferta o de capital. Nacen con la necesidad de financiación que las empresas requieren para establecer sus diseños de soluciones, sin embargo además por la demanda de los inversores de multiplicar sus fuentes a través de varias selecciones de inversión. Nuestra nación nació con la emisión de bonos o beneficios establecidos. Este fenómeno es producido muy probablemente por nuestra sociedad o tal vez por las necesidades de financiación del gobierno o tal vez ya que las leyes existentes son especiales además de no permitir un ataque muy simple así como también rápido del negocio en el mercado. Cualquiera que sea la razón, nuestra verdad es que estamos limitados a los bonos.
Muchas personas asocian la menor penetración de la bolsa de valores en las empresas dominicanas a la menor transparencia de estos servicios o a su marco de gestión como consecuencia de la realidad de que son soluciones en su mayoría familiares. Creo que hay otros pensamientos de adición a estos que han evitado la penetración de las empresas en el mercado. Recientemente han nacido los fideicomisos de fondo común y también los fideicomisos de oferta pública que ofrecen productos de renta variable que deberían alterar el fondo así como las actividades que hemos tenido hasta la fecha. Sin embargo, todavía tenemos mucho trabajo que hacer no sólo con las directrices del mercado, sino también con la educación y el aprendizaje del mercado de valores para el propietario de la empresa local dominicana.
La semana pasada organizamos el primer Foro de Discusión de la Bolsa de Valores de las Américas. En esta ocasión tuvimos la oportunidad de compartir experiencias con empresas bursátiles y también con estructuradores de varios países de América Latina. Esta ocasión nos ayuda a comprender exactamente cómo otras naciones con situaciones económicas comparables, así como funciones adicionales, han establecido realmente sus mercados. Qué tipo de productos han sido realmente desarrollados, bajo qué sistemas, qué tipo de guía han producido para esta mejora, y así sucesivamente. Para que la bolsa de valores se establezca tenemos que tener un maravilloso estándar que permita así como también inspire a la organización a utilizarlo como un recurso de financiación. ¿Por qué? Considerando que el mercado muestra el desarrollo económico junto con las posibilidades para todos los dominicanos.
Con esto no sólo estaremos apoyando el crecimiento del mercado y también de los negocios dominicanos, sino que definitivamente además estaremos desarrollando un programa de inversión monetaria así como también la democratización de los recursos del vecindario. El avance de nuestro mercado de valores es necesario y también esencial para asegurar que los fondos de pensiones puedan diversificarse y también completar mejores rendimientos para sus pensionados, para asegurar que los capitalistas puedan tener diferentes opciones de inversión financiera, para asegurar que las empresas puedan ser capitalizadas para el desarrollo de sus proyectos, que el gobierno federal pueda quedarse para utilizarlo para financiar su trabajo, entre otros. Las ventajas de este tipo de tareas para el clima económico nacional serán sin duda enormes, así como también nos ayudarán con el desarrollo del país que todos nosotros imaginamos tener.